El gobierno nacional gasta 7 millones de pesos por día en publicidad oficial; si sumamos el dinero de Fútbol para Todos, subimos a ¡11 millones de pesos por día! El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con 14 veces menos de habitantes, gasta ¡3 millones de pesos por día! Y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, que gasta fortunas que todos vemos, directamente oculta la información. ¿No será demasiado? Los gobiernos nacionales y subnacionales usan como quieren los multimillonarios presupuestos destinados a publicidad oficial que pagamos todos de nuestro bolsillo. ¿Y los principales beneficiarios de la pauta? Los amigos del poder, los grupos oficialistas de medios. La publicidad oficial tiene que servir para informar de manera transparente al ciudadano, garantizando la pluralidad y no como mecanismo al servicio del poder de turno.
A. Promoción e implementación de una ley de control de la publicidad oficial para regular el contenido, la producción, la distribución, la contratación y el seguimiento de la publicidad oficial.
B. Prohibición del uso de publicidad oficial durante las campañas electorales.
C. Prohibición de imágenes, voces, firmas o cualquier mensaje publicitario en el que aparezcan funcionarios de gobierno o candidatos electorales, ni la promoción de cualquier agrupación política.
D.Obligación del gobierno a presentar, junto con el presupuesto, un Plan Nacional de Publicidad y Comunicación Oficial que explicite la distribución de la pauta.
E. Ningún medio de comunicación, productora independiente o agencia de publicidad, o conjunto de ellos perteneciente a un mismo titular, podrá acceder a más del 10% de los recursos totales de la publicidad oficial.
F. Convenios con las universidades públicas nacionales para la evaluación de la publicidad oficial realizada.
Margarita Stolbizer
